Buenos Aires: un exgendarme fue condenado a 14 años de cárcel por abusar de su hijastra

La víctima necesitó mucho tiempo para poder contar lo que sucedía. Los hechos ocurrieron en Bahia Blanca.

 

Varios años necesitó una joven para vencer el miedo y la vergüenza, y animarse a denunciar que durante casi una década había sido abusada y violada por la pareja de su madre.

Admitió que recién cuando estaba en el último año de la secundaria pudo “elaborar” lo que le sucedió y ponerlo en palabras. En ese momento también logró dejar la vivienda y alejarse del acusado.

En las últimas horas, un exgendarme, quien en la actualidad se encuentra detenido en la Unidad Penal Nº 19 de Saavedra, fue condenado en un juicio abreviado a la pena de 14 años de prisión por estos hechos ocurridos en dos viviendas de nuestra ciudad.

El juez del Tribunal en lo Criminal Nº 1, Christian Yésari, lo halló culpable de los delitos de “abuso sexual gravemente ultrajante y de abuso sexual agravado por acceso carnal, agravados por resultar de ellos un grave daño en la salud de la víctima, por haber sido cometido con armas y en perjuicio de un menor de 18 años, aprovechando la situación de convivencia preexistente”.

 

Los hechos

Para el magistrado quedó probado que en el período comprendido entre los años 2002 y 2010, en un inmueble ubicado en el sector del barrio Noroeste y en un predio situado en la ruta 3, el procesado sometió a la víctima a distintas prácticas sexuales y la accedió carnalmente. 

Determinó que “todas las situaciones se dieron repetidamente en el período de tiempo considerado,  en los momentos en que el imputado estaba a solas con la joven”.

Consideró que para llevar adelante esta conducta el acusado “atemorizaba a la víctima refiriéndole que su madre y ella se quedarían en la calle, y también la intimidaba exhibiéndole su arma reglamentaria”.

 

 

Se determinó que los abusos sucedieron entre los 9 y 17 años de la chica.

También se estableció que inicialmente los ultrajes sucedían tres o cuatro veces por semana, mientras que en el último tiempo resultaron más espaciados.

 

Testimonios

La joven declaró en la causa y dijo que recién al cumplir 18 años pudo contar lo sucedido.

Explicó que se lo comentó a compañeros del colegio, a miembros de una iglesia evangélica a la que concurría y a su madre y su tía.

Describió los episodios y mencionó que intentaba estar junto a sus hermanas para evitar que el imputado  la sometiera.

Agregó que al crecer pudo comenzar a resistirse y los abusos fueron cesando.

La progenitora de la chica comentó la forma en que tomó conocimientos de los hechos.

También manifestó que inicialmente su hija le pidió que no hiciera la denuncia, aunque poco después la efectivizó.

Una psicóloga que entrevistó a la víctima, informó que no observo rasgos de fabulación en su relato.

“El relato se acompaña por manifestaciones de intensa angustia y la actualidad con que se refiere a los hechos de autos es indicio de las dificultades afrontadas para elaborar psíquicamente lo vivido”, señala el fallo.

El imputado declaró en la causa y manifestó que era inocente.

 

 

Según indica el fallo del juez Christian Yésari, el hombre indicó que los términos de la denuncia eran falsos.

“Ella miente porque yo fui un padre estricto que la quería llevar por el buen camino…”, señaló al ser indagado en la fiscalía.

También mencionó que en el marco de actuaciones realizadas por un Juzgado de Familia en 2010, le preguntaron a la chica si era abusada y tanto ésta como su madre lo negaron.

El juez sostuvo en su resolución que el relato de la chica “resulta coherente, preciso y circunstanciado respecto al hecho bajo juzgamiento, refiriendo que sufrió distintas intromisiones en su libertad sexual desde muy temprana edad”.

Yésari indicó al respecto que “agrega aún más credibilidad al relato de la víctima el hecho de que éste no tuviera variaciones o alteraciones en ninguna de las oportunidades que lo expresó”.

Finalmente expresó que ”todos estos elementos construyen un estado de credibilidad nervudo respecto del relato de la joven, que obliga a obtener plena certidumbre respecto de la veracidad de sus dichos”.

Por todo ello, el juez Yésari halló probada la responsabilidad del imputado y lo sentenció a prisión.

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