Columna de opinión del profesor Silvio J. Arias, militante del Partido Justicialista de La Pampa.

20/05/2024 12:06

  El espacio del último Congreso Provincial del Partido Justicialista desarrollado en Santa Rosa, dejó como nota sobresaliente el llamado a la unidad de todo el campo nacional y popular, en la voz del Gobernador Sergio Ziliotto. Solicitud que se enmarca en el contexto de un país que agoniza en los sectores más vulnerables de nuestra sociedad, consecuencia de la aplicación de un modelo de gestión amoral, deshumanizado, superficial, anti popular, entreguista y mezquino. 

  Más allá de las razonables disputas de poder existentes entre las líneas que constituyen el Frente Justicialista Pampeano, los asistentes coincidieron en que La Pampa –administrada desde hace cuatro décadas por el justicialismo-, emerge como la muestra contundente de una alternativa ideológica que no se queda en la prédica ficcionada, protege sus banderas históricas y avanza hacia una transformación interna ineludible, sana y necesaria. 

  En dicho proceso, la figura del primer mandatario se fortalece con una sostenida imagen positiva a nivel nacional y local, producto de un accionar coherente en defensa de los intereses provinciales y la dignidad de los pampeanos. Todo lo que nación denigra, abandona o destruye, La Pampa potencia, invierte y proyecta. Tal es el caso –por ejemplo- de la sinergia estratégica impulsada entre los sectores público y privado para el desarrollo de una diversidad de acciones que apuestan al desarrollo productivo, protección sostenible del ambiente, defensa de los ríos, seguridad ciudadana, desarrollo tecnológico o explotación de energías alternativas. El financiamiento de derechos adquiridos como la educación, salud y viviendas –negadas por nación-, dan cuenta del compromiso ético asumido por una gestión provincial cuyo norte es la defensa irrestricta de la dignidad humana.    

  La avalancha libertaria que todo lo destruye a su paso, debe ser contrarrestada con el debate público sobre su devastadora acción en prejuicio de “la grandeza de la patria y la felicidad del pueblo”; lo que no resulta difícil, ya que todos los días suman muestras de sus nefastos efectos. 

  Despidos, caída del poder adquisitivo, tarifazos, medidas antipatrióticas, flexibilización laboral, abandono de obras públicas vitales, ataques a la educación, la cultura y el mundo del saber; pérdida de la libertad de expresión, violencia simbólica en expresiones destempladas emanadas del odio y la ignorancia, alianzas internacionales que comprometen la tranquilidad e integridad de nuestro país y peleas con estados nacionales por una diversidad absurda de motivos vergonzantes; construyen un escenario desalentador y frustrante para cualquier argentino de bien que desee vivir una vida medianamente pacífica y posible. 

  Lo único que avanza en éste país es la pobreza material y tristeza del pueblo argentino, rehén de un desquicio que vulnera su integridad física y espiritual; un pueblo sometido  a la espera trágica de un final que se dilata y no llega nunca. Hoy la esperanza de ese pueblo sufriente radica en gobernadores que -con sentido común y amor por sus respectivos pueblos-, sean capaces de contrarrestar con acciones contundentes la falacia libertaria, que no es otra cosa que una dictadura de mercado creada para aumentar la desgracia de muchos pobres, fortaleciendo la riqueza de unos pocos ricos. 

 Esos mismos gobernadores con el sentido de la responsabilidad histórica que los  atraviesa, deben proponer un “PACTO DE JULIO”, en salvaguarda de la independencia real (política y económica) de todas y todos los argentinos, libres de la extorsión expoliadora del sistema internacional financiero-empresarial, en defensa del sistema democrático de gobierno, en defensa de la libertad genuina de ser y construirnos, teniendo a nuestro alcance la igualdad de oportunidades que nos permitan identificarnos con un estado nacional que nos ampare y potencie, respetando nuestra dignidad sin exclusiones. Sugiero que La Pampa sea la sede de tan magno evento. 

  Que 2027 nos encuentre unidos en defensa de todos los derechos conquistados, viviendo una democracia plena de participación popular, con todas las garantías y deberes funcionando conforme a derecho; alejados de ese modelo liberal esclavizante, individualista, egoísta, anti popular, empobrecedor y elitista que hoy destroza la vida nacional. Como expresara nuestro gobernador, en esta lucha colectiva “no sobra nadie”, representados y representantes están convocados a participar por igual desde sus respectivos roles, sin jerarquías, con valor y profundo amor a la patria. Es ahora, unidos o esclavizados.- 
 
Prof. Silvio J. Arias
Militante PJ La Pampa


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